La marca escocesa Johnnie Walker siempre destacó por un
historial publicitario memorable. Sin embargo, recién ha dado el siguiente
paso: mostrar historias peruanas con su nueva campaña: From the future, que
inspira el progreso. Esta es la excusa perfecta para analizar la publicidad
incompleta, las que nos hace pensar.
Los consumidores no son tontos
Sin bien las técnicas y métodos de comunicación persuasiva
siguen avanzando en los últimos años, en la publicidad quedan remanentes del
pensamiento dummie, aquel que sigue en la publicidad debe ser lo
suficientemente evidente, masticada y predecible para asegurarnos que el
público objetivo lo entienda sin necesidad sin pensar.
Parece lógico, estamos en una sociedad saturada de comunicación
publicitaria y donde la tiranía del zapping, la pasada de página o el click
obligan a buscar el entendimiento del mensaje de la manera más simple y
directa. Los jóvenes realizan actividades paralelas, el ruido publicitario es
más intenso y la predisposición positiva hacia la publicidad es cada vez menor.
Sin embargo, el efecto es totalmente contraproducente. Un anuncio publicitario
masticado no obliga a pensar, y si no obliga a pensar, las neuronas en nuestro
cerebro no hacen el mínimo esfuerzo para crear conexiones sinápticas ( o
apropiarnos de las que ya existen) que nos aseguren que el anuncio pase del
pensamiento al recuerdo.
Una publicidad memorable se logra principalmente a través de
dos formas: o haces al consumidor o lo emocionas. Anuncios masticados pasan por
la tiranía del olvido. En cambio, los anuncios incompletos, aquellos que te
obligan a razonar, son los que finalmente perduran en el tiempo. Es evidente
que el grado de complejidad del anuncio debe estar directamente relacionado al
grupo de instrucción del público objetivo, pero sobre todo es necesario tener
la certeza de que el mensaje solo necesita ser pensado para entenderse y no sea
inentendible aunque lo pienses.
No hay publicidad más inútil que la que subestima a los
consumidores, la que sugiere que es necesario que el anuncio piense por ti. Los
consumidores son prosumidores también, recordemos que cada vez más la audiencia
está capacitada en el lenguaje audiovisual,
publicitario y de comunicación
persuasiva.
Lo que compras un whisky
Recuerdo cuando leí una noticia hace un par de años: uno de
los mejores vinos tintos según catadores prestigiosos no resultó ser lo que
usualmente devoran el sueldo de un trabajador promedio, sino terminó siendo el
Toro Loco Tempranillo cosecha 2011, un vino que lo podías comprar en un supermercado
a solo seis dólares. Lo mismo cuando compramos una camisa de algodón pima de
Gamarra y uno de que tiene un logo más publicitado vendido en una tienda de
lujo. En ambos casos, es evidente que uno no compra por su valor funcional,
sino, sobre todo, por su valor emocional
y expresión del yo.
En el caso de un Whisky, ciertamente existen diferencias
entre el sabor de una marca sobre otra, así como entre un color de etiqueta y
otra. Sin embargo, el motivo de compra supera largamente la valoración del
destilado de malta que se ofrece y entra a tallar la valoración de la botella
que lo contiene, aquella que lo tiene plasmado en su frontis la marca que por
años de comunicación publicitaria nos comunica algo mucho más allá que un
simple whisky. Quienes están en una reunión social y sacan una botella de whisky
están desembolsando prestigio, estatus social y un imaginario de persona que
quieren ser o sentirse ser. Y Johnnie Walker es, probablemente, una de las
marcas que mejor supieron aprovechar ese arte persuasor de la publicidad y así
convertirse en el líder mundial del sector.
Hoy en día, están trasladando esa experiencia publicitaria
hacia una temática peruana bajo el concepto think global , act local, con su
nueva campaña From the Future.
Nueva Campaña
El eslogan de Johnnie Walker, Keep Walking, es uno de lo más
potentes que existen en la publicidad. El spot de “El hombre que caminó
alrededor del mundo” puede servirnos de gran ejemplo para conocer un poco más
de su manifiesto de marca. Podemos deducir que Keep Walking nos habla de
superación personal, de creer en nuestras capacidades para conquistar lo que
queramos, destacar por nuestra determinación al éxito y que los límites solo
están en nuestras cabezas. Incluso uno de los mejores spots de la marca (León
de Oro en Cannes 2003) asocian al consumidor de Johnnie Walker como el que
empezó a hacer lo que nos hace humanos.
Por eso la campaña que hoy puede ver en paneles exteriores
ejemplifican tanto el concepto histórico de la marca como el de la publicidad que
te hance pensar. Ver a Alberto “Chiquito” Rossel con una sola palabra encima, “heladero”
, nos hace pensar que él siguió caminando dejó de ser heladero y se convirtió
en campeón mundial de boxeo en la categoría minimosca. Lo mismo que en Larcomar
(acantilado) y los grafiteros Entes y Pésimo (vandalismo) como ejemplos
peruanos. En la extensión internacional de la campaña se puede ver cómo la tierra
era considerada plana y cómo José Mourinho era un profesor de secundaria hasta
que decidieron seguir caminando: “Keep Walking”.
El artista plástico Marcelo Wong, que también forma parte de
la campaña compartió su interpretación personal del progreso: “Ante la crítica,
los problemas, me levanto mirando al futuro, disfrutando el camino, el viaje y
sigo caminando”. La experiencia publicitaria de Johnnie Walker nos puede dar
las siguientes lecciones: la publicidad incompleta es la que nos obliga al
consumidor a pensar y por tanto memorizarla .
Por otro lado, cualquier sector, producto o servicio puede
generarle más valor a su marca con solo preguntarse si es capaz de ofrecerle
algo más que el beneficio funcional: el emocional y el de la expresión del yo,
la autorrealización.
[Alexander
Chiu Werner]
[Twitter:
@alexanderchw]
Fuente: http://blogs.gestion.pe/anunciasluegoexistes/2014/05/johnnie-walker-y-la-publicidad-que-te-hace-pensar.html
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